Dejá que te acaricie el alma y el corazón... Entrá en mi reposo.




Recuerdo aquel día como si lo estuviera viviendo ahora mismo.

Me encontraba agitada espiritualmente, sentía angustia en mi corazón, me sentía cansada y nerviosa a la vez. Y por más que oraba y renunciaba a cada sentimiento que estaba atravesando, seguía dentro mío todo ese estado de alteración.

Pero una mañana en particular, cerré mis ojos y le pedí nuevamente ayuda al Espíritu Santo.

Anteriormente estuve leyendo Hechos 1:8 Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Así que oré así:

_Señor necesito en el nombre de Jesús que tu Espíritu Santo me de poder para vencer esta situación.

Y en menos de un segundo sus palabras de amor resonaron en mi corazón:

_Tere, dejá que te acaricie el alma y el corazón, entrá en mi reposo.

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Reposo (Drae) 

Descansar, interrumpir la actividad para recuperarse del cansancio. 

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Jesús es nuestro reposo, nuestro descanso permanente, así que hoy es el día indicado para ir a Él y entregarle nuestras cargas y preocupaciones.

Hoy es el día para detener nuestro mundo, interrumpir todo aquello que nos roba el poder ir a su presencia para recuperarnos así de nuestro cansancio, emocional, espiritual y físico.

Mateo 11:28 Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.

Oremos:

Señor, en el nombre de Jesús, te entregamos todo lo que nos roba la paz y por ende entrar en tu descanso.
Amado Dios, renunciamos en el nombre de Jesús a todo temor, cansancio, miedo, angustia, tristeza, hiperactividad, toda preocupación, todo nerviosismo y todo emoción alterada que nos lleva a no poder descansar y reposar en tu presencia.
Espíritu Santo, te necesitamos, recibimos de tu poder para vencer y nos declaramos libres de toda opresión y de todo ataque del enemigo, en el nombre de Jesús, amén.

¡Jesús te ama!

Con cariño: Tere.

Bendiciones.




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