No existen las súper mujeres, sino por el contrario, existen las mujeres que viven cada día.



A veces como mujeres y en especial muchas veces como mujeres cristianas, pensamos o tenemos la presión externa o interna, de que ante diferentes situaciones tenemos que mostrarnos ante los demás, como súper cristianas.

Y realmente, eso está tan lejos de la realidad, ya que no existen súper heroínas, o súper cristianas, porque en ningún lugar de la Biblia no enseña eso, sino por el contrario, quién nos fortalece es Jesús.

Filipenses 4:13 nos enseña que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, pero sin embargo por años viví bajo la presión de tener que demostrar que yo era la que tenía que estar diez puntos, que no podía enojarme, ni sentirme mal, ni estar cansada, ni tener ganas de llorar, porque eso no es de Dios.

Traté de vivir y creer con mis propias fuerzas, hasta que un día me agoté y me enfermé. 

De Jesús viene nuestras fuerzas, de Él emana la vida que necesitamos cada día para desarrollarnos en las diferentes áreas que tenemos que ejercer.

Hace ya más de treinta años que acepté a Jesús en mi corazón y estuve en algunas iglesias, y como consecuencia hubo gente, que te ponían cargas difíciles de llevar y que luego en la práctica ellos no hacían nada de lo que te exigían.

Pero al pasar los años, al relacionarme con el Espíritu Santo, al sanar mis emociones, al estar congregándome actualmente en una iglesia con gente que aman a Dios pero que no tienen caretas, sino que se muestran tal cual son, teniendo errores como todos, pero amando a Dios con todo el corazón. Pude darme cuenta lo lindo y liberador que es vivir libre, en esa libertad de corazón y espíritu que Dios te da.

En Jesús y por medio del Esp. Sto. tenemos el poder para cambiar cada día, para ponernos de pie por dentro y para conquistar en el plano sobrenatural nuestro milagro.

Pero no caigamos en el error de tener que cumplir con ciertos patrones familiares, o ciertas demandas de algunas personas, que nos ahogan y no nos dejan vivir la vida bajo la voluntad de Dios, sino por el contrario, son tan grandes esas ataduras  que si alguien quiere vivir diferente, es como que los traicionás.

Vivamos tomadas de la mano de Jesús, disfrutemos el amor de Dios, seamos llenas del Espíritu Santo, aprendamos a entregarle nuestras cargas cada día y en especial, no nos condenemos si nos equivocamos y volvemos a empezar.

Busquemos en Jesús nuestra identidad como mujer y como hija de Dios y pidamos al Esp. Sto. el discernimiento y la sabiduría para vivir una vida, en libertad, siendo nosotras mismas y no como otras personas o mandatos familiares quieren que seamos.

Mateo 11:28 nos dice que Jesús nos invita a ir a Él, a todos los que estamos cansados y cargados que Él nos promete descanso. 

Maravillosa invitación para llevar a cabo en el día de hoy.

Jesús nos está esperando, hoy es el día de sanar nuestro corazón.

Con cariño: Tere.

Bendiciones. 


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